Bendita labor del pescador
que trabaja mientras tú duermes,
para que en tu mesa lo mejor
a ti nunca te falte y sabores.
Aunque el hombre es depredador,
ocasiona tantos desastres,
destruye su alrededor,
llena de plásticos los mares.
Amanecer en el resplandor
del sol y el trajín de las redes,
ganándose el pan con el sudor
del alma y sus curtidas frentes.
Van surcando el mar con su valor
sorteando las tempestades
pues no le tiene temor,
el valor corre por sus sangres.
Al llegar a puerto lo mejor
la luz prendida de las madres,
como el abrazo de algún amor
que lleva tatuado en sus carnes.
Vivian Esteban
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