Cuando el invierno llegue a mi piel
no quisiera ser una carga,
no quiero un final amargo y cruel
navegar siempre que me valga,
sola y de mi barco ser timonel.
No estar como la sombra larga
de un ciprés en un desnivel.
O ser como la fruta amarga
prefiero yo ser como la miel.
Sentirme como quien cabalga
a lomos de un hermoso corcel.
Cuando la llama ya se apaga,
solo se necesita amor fiel
de quién a tu lado le salga
del corazón, el alma y la piel.
Ya hasta que la hoja caiga.
Vivian Esteban
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