Agua corriendo mansa
de un tranquilo riachuelo,
fluye y no se cansa
por el verdor del suelo,
viste de musgo la piedra
que cubre el helecho,
apasionada la hiedra
trepa por un pedrero,
planea la libélula
entre las ramas del cedro,
vuela la mariposa
de color azul cielo,
descansan en la orilla
las ramas del avellano,
en el bosque murmulla
tímido algún venado,
erguido en una rama
está el herrerillo,
con su hermosa pluma
color azul y amarillo.
Describir tanta belleza
nos daría para un libro.
Vivian Esteban
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