sábado, 9 de julio de 2016
lunes, 30 de mayo de 2016
Mi barrio
En un barrio me crié, si en un barrio obrero, de
esos en los que todos nos conocemos, de esos en los que se hacen corrillos y se
habla de todo, de todo lo ajeno, de esos en los que cada cual vive su vida y
todos los demás la saben menos tú mismo.
Aquellos años inolvidables de niños con bocadillos
de chocolate y pedazos de sandía, de corrillos en las esquinas, de juegos de
niños, de mamas y abuelas gritando en las ventanas que volviesen a casa pues se
hacía tarde, de rodillas escalabradas y rojas curadas con mercromina, Luisito se calló al rio con su
triciclo lo sacan con la cara sangrando, que horror sentí al verlo, le llevan a
la casa de socorro y le dan puntos de sutura, hay que susto me llevé al verlo
caer ¡y si las ratas se lo comen¡ el rio está lleno de ratas enormes, un día vi
subir una por la pared era como un gato de grande porque había gatos muchos
gatos montones…pero debían de tenerles miedo. Se guardaban en los bajos de las
casas que servían como carboneras y trasteros y allí criaban una y otra vez, el
día que tocaba venir al pescadero todas las familias gatunas salían a recibirle con un coro de maullidos.
En el “puestin” centro de reunión de vecinos y
tienda en el que había desde galletas hasta jabón, la tiendita de madera en la
que había de todo y perduraba con los años, allí el crédito que se “apuntaba”
en una libreta articulo por articulo y a primeros de mes se sumaba todo y se cobraba,
a más de uno saco de apuros para que no faltasen las viandas en muchas de
aquellas casas de obreros.
Llegan las lecheras con sus burritas y sus alforjas
cargadas de leche recién ordeñada y de huevos frescos caseros, mantecas…puerta
por puerta van vendiendo sus productos con su lechera y su tanque medidor que
cobraban diariamente o a la semana o incluso al mes. Eran dos y las recuerdo
con cariño. El día que venía Gelin el panadero había festín en casa de la
abuela y en las demás, además de pan traía pollos caseros, conejos de todo un
poco. También había días en los que algo trágico
pasaba aunque no te lo decían lo oías e
intuías que algo había pasado en la central, dicen que unos obreros se han
quemado mientras limpiaban una de las calderas, la angustia se respira en el
aire y la gente se lamenta en las esquinas, días amargos.
Otros se sacaban los colchones a la calle y se
variaban ahora sé lo que es pero en su día no entendía el sentido de golpear
aquellos trapos (lana) con una vara horas y horas…
Los veranos no tenían mucho especial a no ser cuando
Linares así le llamaban al señor que
organizaba excursiones a pie a Peña Rubia o al pico Villa todos los críos se iban con él cada uno con
su merienda y al oscurecer volvían, decían que se lo pasaban pipa yo nunca
llegue a ir aunque me hubiese gustado.
Se jugaba al pie de la escombrera allí no había
peligro los críos al futbol las crías a la comba a la goma, las cuatro
esquinas, la zapatillina, la queda, el escondite…montones de críos había.
Familias numerosas con once y doce o trece hijos era insospechable como podían
comer tantos en una misma familia y todos se criaban.
Los SEISCIENTOS
como olvidarlos, los más acaudalados no tardaron en tenerlos solían ser
los que menos hijos tenían uno o dos a lo máximo, un día a la playa con los
vecinos, me dieron permiso casi no me lo creo, en aquel coche con mi amiga y
vecina y sus papas me lo pase muy bien, que recuerdos, en un coche tan pequeño
se llevaba de todo y no había que usar cinturones de seguridad íbamos de pie
atrás viéndolo todo.
La noche de San Juan una enorme hoguera al pie de la
escombrera reunía a los chicos y chicas mayores los pequeños a las nueve a casa
que fastidio…
Las bodas ese día en que se casaba alguien todos niños
y mayores afinados en la puerta de la
novia para verla salir era todo un espectáculo y acontecimiento. Todos querían
besar a la novia.
La gente vivía “bien” no tenían hipotecas ni pagaban
alquiler ni luz, era un verdadero privilegio, unos se hacían mayores, otros
adolescentes, las pandillas eran típicas todas y todos los chicos tenían su
pandilla, los domingos de cine se veían marchar unas cuantas chicas a eso de
las 5 y volver a eso de las 9.30, mi primera salida al cine fue a ver a
Trabolta y a Olivia Niuton Yons creo que fue la única vez.
Las chicas nos casábamos no más tarde de los 20 y
nos íbamos a otro lugar con nuestros respectivos y ya todo cambiaba y el barrio
poco a poco se iba quedando sin vecinos.
Un día aquel barrio de risas, llantos y voces se
quedó mudo, se convirtió en un barrio fantasma donde la soledad asolaba todo a
su alrededor, la gente se tuvo que ir de allí porque la especulación o no sé
muy bien porque decidió que había que derribarlo todo, derribar todo los
sueños, todas las esperanzas, todas las ilusiones, enmudecer todos los susurros,
y las excavadoras lo invadieron todo y aquellas casas de obreros llenas de
vida, niños, ancianos, adolescentes…se convirtieron en un montón de escombros y todo desapareció, cuando paso por
allí ya no hay nada, ya no se ve nada, ya no se oye nada, solo un solar
solitario donde antes hubo tanta vida tanta lucha…solo queda desolación.
Aquellos tiempos…
Mayo
A mi nieta
25/5/2016
Mes de flores con perlas de agua fresca y
rayos de
primavera mes de flores
como tú mi pequeña hermosa niña.
En tus ojos me reflejo en tu dulce sonrisa
se funde el universo, tus risas son el murmullo
alegre del arroyo y tu pelo caracolas del mar travieso
mecido por el viento
Mi dulce niña ya van cinco y pasan volando
como el viento de un mar a veces quieto a veces
bravo
como tú mi dulce NEREA.