La pien se marchitó
cual rosa en otoño,
mas su alma quedó
perdida en el tiempo,
se aferra al verano
se apaga su rostro,
huye el pensamiento
perdido en el viento,
su mirada voló
a un punto perdido,
para ella su hijo
un desconocido,
y al verse al espejo
no encuentra el reflejo,
tan solo el anhelo
de un tierno abrazo
sirve de consuelo.
Vivian Esteban
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