No le temo a la muerte
hay que mirarla de frente,
más bien temo a no valerme
y en un rincón inerte
en pensamientos perderme.
Cuando mis piernas no.puedan
con el peso de mi cuerpo,
y mis manos ya no quieran
aferrarse más al tiempo,
abrazarme a ella quiero.
Me llevará hacia la nada
y entre la espuma salada
me fundire una mañana,
no quiero ser una carga
para quien a mí me ama.
No quiero el sufrimiento
agónico, cruel y, lento,
ni causar ningún lamento.
Quiero irme con el viento
como un velero mar adentro.
Ser estrella o lucero
mi amor en tu universo,
y ser en tú recuerdo
los instantes atrapados.
Vivian Esteban
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