Despiértame de un mal sueño
si en la noche me oyes llorar,
no quiero que nada extraño
está paz pueda perturbar.
Un susurro muy pequeño
del tú voz me puede bastar.
O si me miras risueño
y me vuelves a enamorar,
porque tú eres ese sueño
del que no quiero despertar
y jamás compartiría
como un tesoro a guardar,
de mi alma eres dueño
en cada nuevo despertar.
Vivian Esteban
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