Dejar pasar lentos los días
y que el viento te despeine
que acaricie tus mejillas,
y si el reloj se detiene
e inertes las manecillas,
ya el cuerpo prisa no tiene,
disfruta cosas sencillas
para tu propio deleite,
observa las golondrinas
su ir y venir permanente,
o el planeo de las gaviotas
sobre el mar azul celeste
y en la cresta de las olas,
deja que el sol te caliente
cuando tú ya atardezcas,
enséñate tú a quererte
y ama a quien tu quieras,
aprende a detenerte
en las orillas saladas
con la mar y el sol de frente.
Vivian Esteban
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