Comerse el mundo quiere,
flor temprana y rebelde,
locura adolescente,
tan brava e inocente.
Se enfada con el mundo,
sonríe en un segundo
si pasa al lado tuyo,
no hay amor como el suyo.
Amor que va y viene
y nunca se detiene,
la gerrera inteligente
tan sagaz y elocuente.
Se esfuma como el humo
como un leve susurro,
tsunami en movimiento
te deja sin aliento.
Tan hermosa y tan brava
quisiera retenerte,
tu sangre esfervescente
libre como un torrente.
Labrarse en cada surco
la vida y el futuro,
sembrando su camino
con tesón y orgullo.
Tesoro adolescente
tan presente y ausente.
Vivian Esteban
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