Cerca del río escucho el murmullo del agua,
se va llevando apenas el hilo de tu voz que me quedaba,
tan solo un halo de la última llamada,
aquélla mañana desafortunada,
las cuatro tatuada en el alma,
todos los días me sobresalta,
la misma hora la misma llamada.
Triste Abril que nos ahogaba,
solo el dicharacheo de los pájaros
la vida auguraban.
Algo murió en nosotros aquella mañana,
aún guardado el reflejo de la nada.
porque el alma se va y solo quedan las cenizas.
sigo escuchando el murmullo del agua,
que devuelva la esperada calma.
Vivian Esteban
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