sábado, 30 de noviembre de 2024

El olmo


Estaba mi corazón muerto

como el viejo olmo seco.

Latía por latir ya hueco 

al acabarse ya lo nuestro.

Y tú el gran maestro 

de la vida y desenfreno

te enredabas en panpanos

tempranos, dulces y tiernos.

Iluso te creías que serían 

eternos, mas no te diste

 cuenta, del amor sincero.

Derrotado vi tu ser y no

me dió pena de ello.

Ahora has de saber

cómo se siente un olmo seco.


Vivian Esteban 



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