El cambio climático
nos pasa factura.
Tormentas que no cesan
vientos huracanados,
lluvias torrenciales
anegando todo a su paso,
ahogando sueños,
arruinando vidas,
sembrado incertidumbre,
el agua todo engulle,
y un lodo viscoso,
envuelve corazónes.
El torrente de agua
se lleva ilusiones,
dejando a su paso
desastre y horrores.
Volverá el agua a su cauce
y la calma dejará el desastre,
de vidas destrozadas,
y gentes arruinadas.
Y te preguntas,
¿me tocará a mí mañana?
pues de esto nadie se salva.
No entienden las danas
de razas ni clases,
somos hormigas
en un planeta
llamado al desastre.
Vivian Esteban
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