Tras el cristal ve la vida pasar, divisa el campo, y las montañas son sus compañeras, primavera, verano, otoño e invierno aferrada a su silla los sueños se desvanecen, la confusión es su amiga, mientras que un rayo de luz se refleja en su cara cansada y las neblinas se acomodan en su mente aturdida. Por sus manos hilos y agujas pasaron, nada más. Añorando besos y caricias de un amor que nunca existió. Un tren camino de la última estación de una vida vacía e incomprendida. Vivian Esteban.
1 comentario:
Nuestra querida Vitorina llego a su ultima estación, se lleva con ella nuestro cariño, nunca la olvidaremos, tejeremos con sus hilos de colores una tela hasta el más allá para tenerla siempre en nuestro recuerdo.
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