Caminar sobre blancas espumas y olas escarpadas,
surcar brillos en horizontes de paz ,
respirar el aire del norte,
olor a mar, olor a ti.
El sol cubre de dorado mi piel y la luna
desata el calor de tú sol en mí.
Y otro otoño en mi piel, piel como hoja seca,
que cae del árbol y vuela lentamente hasta sucumbir
en el suelo, donde se pudra en la eternidad de la
nada.
Porque no soy nada.
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